1.- Exposición con procesión solemne por sacerdote
Canto
2.-Coloquio / oración inicial por sacerdote
3.-Proclamación de Salmo, Evangelio y predicación/meditación guiada
Señor, te pedimos humildemente, que aceptes este momento de oración como reparación por los crímenes contra la santidad de toda vida humana inocente; como acto de fe en la Providencia Divina que continúa gobernando el mundo con amor; como acto de esperanza en que la juventud del mundo pueda llegar a conocer los verdaderos valores y vivir de acuerdo con ellos; como acto de amor por toda la humanidad.
En la presencia Eucarística de tu Hijo, te pedimos que con la intercesión de la Santísima Virgen María y el ejemplo de los santos defendamos y respetamos la vida desde su concepción hasta su fin natural, y oremos con el Salmo 90
1 Oración de Moisés, hombre de Dios.
Señor, tú has sido nuestro refugio
a lo largo de las generaciones.
2 Antes que fueran engendradas las montañas,
antes que nacieran la tierra y el mundo,
desde siempre y para siempre, tú eres Dios.
3 Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,
con sólo decirles: "Vuelvan, seres humanos".
4 Porque mil años son ante tus ojos
como el día de ayer, que ya pasó,
como una vigilia de la noche.
5 Tú los arrebatas, y son como un sueño,
como la hierba que brota de mañana:
6 por la mañana brota y florece,
y por la tarde se seca y se marchita.
7 ¡Estamos consumidos por tu ira
y consternados por tu indignación!
8 Pusiste nuestras culpas delante de tus ojos,
y nuestros secretos a la luz de tu mirada.
9 Nuestros días transcurren
bajo el peso de tu enojo,
y nuestros años se acaban como un suspiro.
10 Nuestra vida dura apenas setenta años,
y ochenta, si tenemos más vigor:
en su mayor parte son fatiga y miseria,
porque pasan pronto, y nosotros nos vamos.
11 ¿Quién puede conocer la violencia de tu enojo
y ver el fondo de tu indignación?
12 Enséñanos a calcular nuestros años,
para que nuestro corazón alcance la sabiduría.
13 ¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo...?
Ten compasión de tus servidores.
14 Sácianos en seguida con tu amor,
y cantaremos felices toda nuestra vida.
15 Alégranos por los días en que nos afligiste,
por los años en que soportamos la desgracia.
16 Que tu obra se manifieste a tus servidores,
y que tu esplendor esté sobre tus hijos.
17 Que descienda hasta nosotros
la bondad del Señor;
que el Señor, nuestro Dios,
haga prosperar la obra de nuestras manos.
Espacio de silencio simple (2 min).
Te ofrezco, Señor, todos mis pensamientos, obras y trabajos de este día.
Bendícelos a fin de que no haya ninguno que no sea hecho por amor.
Hoy de manera especial, permíteme reconocerte en la fracción del pan, y que, en este día solemne, al llegar la noche, seas Tú quien nos expliques las Escrituras y partas para nosotros el Pan.
- De pie, por favor, para escuchar la Palabra del Señor…
Ministro: Lectura Del santo Evangelio según san Mateo 10, 34. 11,1
No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada. Sí, he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y enemigos de cada cual serán los que conviven con él. El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará. Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado. Quien reciba a un profeta por ser profeta, recompensa de profeta recibirá, y quien reciba a un justo por ser justo, recompensa de justo recibirá. Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa. Y sucedió que, cuando acabó Jesús de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades.
Palabra del Señor.
R= Gloria a ti Señor Jesús.
Espacio de silencio para reflexionar la palabra (2min).
Canto
Meditación
Mantenemos la mirada fija en Jesús, porque la fe, que es nuestro «sí» a la relación filial con Dios, viene de Él, viene de Jesús. Es Él el único mediador de esta relación entre nosotros y nuestro Padre que está en el cielo. Jesús es el Hijo, y nosotros somos hijos en Él. […] Por esto Jesús dice: he venido a traer división; no es que Jesús quiera dividir a los hombres entre sí, al contrario: Jesús es nuestra paz, nuestra reconciliación. Pero esta paz no es la paz de los sepulcros, no es neutralidad, Jesús no trae neutralidad, esta paz no es una componenda a cualquier precio. Seguir a Jesús comporta renunciar al mal, al egoísmo y elegir el bien, la verdad, la justicia, incluso cuando esto requiere sacrificio y renuncia a los propios intereses. Y esto sí, divide; lo sabemos, divide incluso las relaciones más cercanas. Pero atención: no es Jesús quien divide. Él pone el criterio: vivir para sí mismos, o vivir para Dios y para los demás; hacerse servir, o servir; obedecer al propio yo, u obedecer a Dios. He aquí en qué sentido Jesús es “signo de contradicción” (Homilía de S.S. Francisco, 18 de agosto de 2013).
Plegarias
Te ofrecemos estas oraciones por la misión que nos has confiado; la misión de defender la vida humana desde su comienzo con el milagro de la concepción, hasta la serenidad espiritual de la muerte natural. Para que no nos desanimemos ni perdamos tu dirección; Roguemos al Señor respondiendo a cada una de nuestras plegarias “Te lo pedimos Señor”
- Te pedimos Señor por todas las familias que esperan el nacimiento de un niño, para que les des la capacidad para reconocerlo como un regalo tuyo, Oremos.
- Te pedimos Señor por todas las madres que se encuentran embarazadas y tiene dificultades, para que sepan encontrar con la ayuda de la Iglesia la fuerza y el coraje que necesitan. Oremos.
- Te pedimos que sepamos cuidar la primera “casa” en la que habitamos: el seno de las madres, donde se fundamenta toda relación humana. Oremos.
- Te pedimos Señor, para que todas las leyes protejan la vida, desde su concepción hasta su término. Oremos.
- Te pedimos para que todos nosotros seamos valientes a la hora de defender la Vida como el mayor regalo que Tú nos has hecho. Oremos.
Oración final
Oh María, Aurora del mundo nuevo> Madre de los vivientes. A Ti confiamos la causa de la vida; mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se les impide nacer> de pobres a quienes se les hace difícil vivir, de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana> de ancianos enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad. haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo, el Evangelio de la vida. Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo. La alegría de celebrarlo con gratitud durante toda su existencia y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia, para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad, la civilización de la verdad y del amor, para alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida. AMÉN.
Oración personal
Cantos (3) y silencio meditativo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama. Pidamos para que, contemplando a Cristo en la Eucaristía, confiemos en Él.
4.-Bendición y letanías
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la Incomparable Madre de Dios la Santísima Virgen María.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José su casto esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.
5.-Bendición final